Una de las formas que puedes limpiar el hígado es usando limón ya que el limón es súper bueno por las propiedades que contiene y por ser diurético bastante bueno para el cuerpo
Si gustas el limón para purificar tu cuerpo tienes una alta posibilidad de que elimines todas las toxinas que tu cuerpo contiene, ya que con el limón se encuentra lo que llamamos ácido cítrico.
Toma un vaso de agua calientita con el jugo de dos limones diario por las mañanas para que estas propiedades limon limpien tu cuerpo ya que bebiendo jugo de limón aumenta el deseo de orinar y toda esa toxina se desechan fácilmente en la orina
Por otro lado. Con las propiedades de limón se le puede llamar como un antioxidante. Ya que contiene vitamina C que remueve la correcta oxigenación celular que produce una metabolización más eficiente y a su vez la reducción de peso
En qué consiste la limpieza del hígado
Limpiar el hígado consiste en eliminar las toxinas y sustancias nocivas que se acumulan en este órgano. El objetivo de este proceso es evitar fallos en su funcionamiento y enfermedades hepáticas. Vamos a ver algunas recomendaciones para que el hígado funcione mejor:
BEBER MUCHA AGUA
El agua es esencial para la limpieza del hígado, ya que ayuda a eliminar las toxinas y los desechos del cuerpo. El agua interviene en la mayoría de las funciones básicas del hígado, por eso es importante beber al menos 8 vasos de agua al día para mantener el cuerpo hidratado y que el hígado se depure convenientemente. El consumo de agua ayuda a disolver los nutrientes, facilita la circulación sanguínea y la secreción de bilis.
Tomar a diario frutas y verduras
Las frutas y verduras frescas son muy recomendables para el hígado, ya que contienen antioxidantes que inhiben la acción de los radicales libres y las moléculas asociadas a desarrollar enfermedades. Algunas frutas y verduras recomendadas para el hígado son la cebolla y el ajo, el aguacate, los espárragos, la manzana y la papaya.
En concreto, las verduras crucíferas como el brócoli, la col, la coliflor, el rábano o la rúcula ayudan a estimular la producción de enzimas que facilitan la eliminación de toxinas del cuerpo. Estas verduras también contienen glucosinolatos, unos compuestos que ayudan a neutralizar las sustancias cancerígenas.
Tomar cereales integrales
Los cereales integrales contienen mucha fibra y micronutrientes que favorecen el buen funcionamiento del hígado. Estos cereales suponen una fuente importante de fibra y otros fitoquímicos muy beneficiosos para un buen metabolismo de los lípidos hepáticos. Estos compuestos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades, como puede ser el hígado graso. Los cereales integrales más recomendados son la avena, el arroz integral, la harina integral y el pan de centeno.
4. Evitar grasas saturadas
Las grasas saturadas y trans están muy relacionadas con las enfermedades hepáticas, por tanto hay que evitarlas en la dieta. En su lugar, hay que intentar consumir grasas saludables, como el Omega 3, que reduce la probabilidad de sufrir hígado graso, cáncer de hígado o cirrosis. Consumir regularmente frutos secos, mariscos, vegetales verdes y pescados grasos es muy beneficioso para el hígado, ya que regulan la función del tejido adiposo y el metabolismo de los lípidos hepáticos
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